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¿Qué es la identidad? En el mundo analógico, es todo aquello que nos define, y está conformada por las características que sirven para reconocer a alguien.

En el mundo digital, la identidad es algo más complejo. Si quisiéramos simplificarlo, podríamos decir que es el equivalente electrónico de una identidad real, y que también se basa en una serie de atributos que se asocian a su portador, en este caso, datos electrónicos.

No obstante, una particularidad de la identidad digital frente a la real es que puede aplicarse tanto a personas como a dispositivos electrónicos. Y esto es algo que cobra sentido con el uso de los certificados digitales.

Un presente (y futuro) de identidades digitales

Internet ha supuesto una revolución en nuestras vidas y nos ha permitido hacer gestiones y trámites de manera flexible, inmediata y sobre todo cómoda: hoy en día podemos comprar entradas para el cine o consultar nuestra cuenta corriente desde el sofá de casa a golpe de clic. Pero para llevarlas a cabo hemos tenido que identificarnos de alguna forma, demostrar que somos quienes decimos ser. Así, recurrimos a la identidad digital cada vez que hacemos una compra online, o cuando accedemos a nuestra cuenta bancaria, pero también cuando firmamos un documento de forma digital.

En algunos países, la identidad digital ya es algo plenamente consolidado, y tiene múltiples aplicaciones en la vida cotidiana. Quizá el ejemplo más destacable sea el de Estonia. Este pequeño país báltico, de 1,3 millones de habitantes, introdujo en 2002 el sistema de identificación digital, basado en el registro nacional y el documento nacional de identidad digital. Dicho documento, obligatorio para mayores de 15 años, permite a sus ciudadanos votar, comprar billetes de transporte público, cifrar emails, renovar su pasaporte, acceder a su historial médico, firmar documentos y realizar casi cualquier tipo de gestión administrativa online, en cualquier lugar y momento. Y todo ello permitiendo a los usuarios ser dueños de sus propios datos.

Pero el sistema estonio es solo un anticipo de todo lo que vendrá. En un futuro, como señala BBVA, “se espera que el número de actores del mercado que se conecten en línea crezca exponencialmente en los próximos años. Gracias al desarrollo del Internet de las Cosas, millones de objetos, desde frigoríficos hasta contenedores conectados a Internet, previsiblemente comenzarán a operar de manera simultánea e integrada, y será necesario también establecer estándares para verificar sus identidades”.

Es decir, cada vez habrá más usuarios y dispositivos conectados a la Red.

Generando identidades digitales

Se puede crear una identidad digital a través de un certificado digital, un fichero informático emitido por una Autoridad de Certificación (CA), basado en criptografía asimétrica. El certificado contiene datos que quedan asociados a un usuario o dispositivo (por ejemplo, su nombre o la copia de la llave pública).

El uso de certificados digitales tiene una serie de beneficios para las organizaciones:

  • Garantía de cumplimiento legal
  • Alto grado de seguridad, al reducir riesgos como el fraude y proteger la información
  • Incremento de la confianza de usuarios y clientes

A su vez, los certificados pueden aplicarse a tecnologías como la firma digital.

Antes de su emisión es necesario verificar la identidad del titular del certificado, para validar, mediante un proceso de un único paso y con documentación oficial, que la información que se pretende certificar es auténtica, actual y representativa del solicitante.

La verificación suele realizarse a través de un proveedor de identidad. En la actualidad, no existe un proveedor universal de identidades digitales, aunque gobiernos y diversas empresas del sector privado cumplen esta función (por ejemplo, mediante documentos nacionales de identidad). En este caso, se confirma que ese conjunto de datos reales esté efectivamente asociado a un individuo.

Gestión de identidades digitales

En la actualidad, nos encontramos con un escenario en el que cada usuario genera identidades en diferentes sistemas debido a que:

  • Los datos pueden ser distintos entre sí, tener orígenes diversos y haber sido captados por diferentes procesos, sin relación entre sí.
  • Cada tipo de dato es distinto.
  • No hay un repositorio común de datos, sino que cada conjunto puede encontrarse en un sistema distinto.

Gestionar las identidades se convierte por tanto en un asunto prioritario para organizaciones. Es necesario disponer de un sistema que permita asociar y unificar sus datos, proveer acceso a todos los sistemas que deban utilizarlos y, ante todo, ofrecer un alto grado de privacidad y seguridad.

nebulaSUITE, mucho más que firmas digitales

nebulaSUITE es la solución de identidad digital todo en uno para organizaciones, la única en el mercado que permite una gestión completa del ciclo de la identidad digital, tanto desde estaciones de trabajo como en movilidad. En cualquier lugar, en cualquier momento.

Proporciona la infraestructura para la creación de identidades digitales a través de la emisión de certificados digitales cualificados y su administración, una plataforma SaaS de inventarios de certificados, un sistema de gestión centralizada para notificaciones telemáticas de la Administración, firma digital con reconocimiento legal y autenticación dinámica multifactor.

¿Qué beneficios aporta a las organizaciones? Entre otros, garantía de cumplimiento legal con regulaciones como eIDAS, comodidad (se puede utilizar desde ordenadores, móviles y tabletas), y flexibilidad, gracias a la amplia gama de soluciones que ofrece.

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Artículo también publicado en Ciutat de la Justicia Barcelona

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