La necesidad de avanzar hacia un modelo de banca cada vez más digital ha sido un tema recurrente durante la última década, pero la llegada del Covid-19 ha hecho que la reducción de los costes operativos y la mejora en la experiencia del usuario sean más importantes que nunca en las finanzas. Las instituciones financieras, independientemente de su tamaño, han debido reajustar sus modelos de negocio, sus estructuras críticas y sus redes de distribución. También han tenido apostar por la innovación y ofertar un portafolio de productos y servicios dentro de unos marketplaces diferentes, con clientes cada vez más exigentes, una competencia más activa y accionistas que no paran de exigir un mayor beneficio.
A corto plazo, los bancos se enfrentarán todavía más a un ritmo de cambio dentro del mercado digital cada vez más rápido. La digitalización si no lo hacía ya, tendrá una importancia central, ya que será la que marque el ritmo de la competencia y la innovación del sector financiero que no será ajeno a la llegada de otros grandes players que sí han nacido en plena era de la digitalización. Esto hará que las instituciones financieras deban adaptarse tanto a los cambios como a las incertidumbres actuales; lo que supondrá una gran presión sobre la infraestructura tecnológica heredada. La pandemia del Covid-19 ha hecho que la innovación tecnológica ocupe por fin, un lugar destacado en las agendas y en los programas empresariales de este 2020. Siempre impulsando la transformación digital de, en particular bancos y las instituciones financieras. Veamos los principales cambios:
Firma electrónica e Identidad Digital ya son requerimientos esenciales.
La verificación de la identidad está latente en muchos de los procesos básicos asociados a la banca digital. Esto exige a las entidades financieras a someter a sus clientes el cumplimiento de estrictas comprobaciones de identidad; no solo para proteger las finanzas de sus propios clientes y usuarios, sino también para cumplir con todas las exigencias normativas. Las soluciones de identificación digital pueden ayudar a allanar estos obstáculos para la verificación de la identidad, proporcionando a los bancos, durante el proceso de validación, una base para que eliminen el riesgo creciente que representan dichas amenazas de la industria para su actividad principal.
Si se ejecutan correctamente, las Identidades Digitales, pueden ayudar a los bancos a aliviar los puntos débiles de la verificación de identidad de sus clientes y, al mismo tiempo, ayudarles a recortar los costes operativos y de cumplimiento. La crisis del coronavirus pone de relieve la necesidad de una identidad digital eficaz, ya que se han impuesto medidas de distanciamiento social en todo el mundo: el acceso a distancia a los sistemas y servicios está más solicitado que nunca, y cada vez son más los llamamientos a los gobiernos para que forjen un camino para salir del bloqueo.
La pandemia ha actuado como acelerador de una tendencia: la migración constante de la mayoría de las actividades bancarias digitales cotidianas a aplicaciones móviles y portales en línea. La firma digital es una tecnología que permite firmar cualquier tipo de documento a distancia, en tiempo real y con plenos efectos jurídicos, gracias al certificado de pruebas que genera cada transacción. El tiempo es esencial, ya que los bancos trabajan para distribuir esos fondos, y la adopción de la tecnología de firma digital con capacidades incorporadas para los registros de auditoría y la automatización del flujo de trabajo puede agilizar drásticamente el proceso.
Los negocios exigen métodos de pago “sin papeles”
A pesar del auge de las nuevas tecnologías de pago, muchas empresas siguen utilizando cheques en papel. Sin embargo, los profesionales de las empresas señalaron los pagos en tiempo real como su principal prioridad en los pagos B2B. El acceso a estas tecnologías –pagos en tiempo real, “tap-and-go” y criptodivisas— será fundamental para captar y retener a los clientes comerciales en lo que queda en este 2020.
La aceleración de los pagos permitirá mejorar la gestión de la liquidez, acelerar el pago de las facturas de los proveedores, desembolsar instantáneamente las reclamaciones de los seguros y reducir la exposición al fraude. La mejora de las tecnologías de pago comercial les ofrece a la banca digital la oportunidad de mejorar la experiencia de los clientes y aumentar los beneficios mediante el incremento de las transacciones y las comisiones. Sin embargo, a medida que más actores digitales entren en el espacio de los pagos B2B, los titulares tendrán que actuar con rapidez para evitar ser dejados atrás por competidores más ágiles.
Un nuevo ecosistema bancario basado en la confianza
El impacto de la tecnología en el modelo de banca digital ha sido profundo. Los avances tecnológicos han afectado a los sistemas de pago, las actividades de los mercados de capital, la concesión de créditos y la recaudación de depósitos. Durante decenios, los bancos han controlado las formas digitales de dinero y de pagos mediante la protección reglamentaria de los depósitos, el acceso exclusivo al sistema de liquidación del banco central y la estrecha colaboración con las empresas de tarjetas de crédito.
El desafío de la banca digital actual proviene de una variedad de activos digitales que no figuran en el balance de los bancos: criptodivisas, monederos electrónicos, stablecoins o saldos con un proveedor de telecomunicaciones. La ventaja competitiva de los nuevos participantes no se basa en el activo en sí, sino en la tecnología de pago asociada a él. La comodidad de los pagos y las conexiones con otras partes de la creciente vida digital tanto de los consumidores como de las empresas, acelerada por la crisis de Covid, ha sido la clave del éxito.
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