En nuestro post anterior ya tratamos cómo la firma digital y por tanto los certificados digitales, serán un ‘imprescindible’ para trabajar en 2021. Pero a raíz de la pandemia de la COVID-19 y la transformación digital en la que estamos inmersos, los certificados digitales adquirirán nueva dimensión en 2021.
Los certificados digitales son archivos informáticos que se utilizan para proporcionar una identidad digital a una persona, organización o dispositivo electrónico. Son emitidos por Autoridades de Certificación (CA) reconocidas y se basan en criptografía asimétrica; por lo tanto, contienen una clave pública y una privada. La primera está disponible para todos, mientras que la segunda solo la conoce el titular del certificado. De esta forma, se garantiza la privacidad de la información intercambiada entre dos usuarios.
El Certificado Digital nos permite realizar diferentes operaciones privadas a través de las páginas web de instituciones públicas como la Agencia Tributaria, la Seguridad Social o los Registros Mercantiles. Podemos modificar nuestros datos, para firmarlos digitalmente. Sin embargo, más allá de que el certificado digital es fundamental para interactuar con las administraciones públicas y más en la época de la COVID-19. Debemos tener en cuenta que el certificado digital agiliza la realización de diferentes trámites a través de Internet, lo que reduce tiempos, y permite realizar la gestión en cualquier momento, sin límites horarios.
Esto se traduce en múltiples aplicaciones, desde el cierre de un contrato formalizándolo a través de la Firma Digital, cualquier transacción financiera que requiera identificación, acceso a determinadas plataformas con información sensible que esté condicionada a un acceso seguro y acreditado, etc. Tanto en la actividad empresarial como en nuestra vida diaria (compras de comercio electrónico, acceso a la aplicación de nuestro banco, etc.), el certificado digital está presente. Sin embargo, seguro que ya habéis leído otros contenidos sobre el papel de los certificados digitales en la empresa y la actividad diaria de las personas, hoy vamos a hablar sobre el certificado digital y el papel que está empezando a tener en la recuperación de la normalidad ante la COVID-19.
El rol de los certificados digitales en la post pandemia de la COVID-19
Esta semana el gobierno danés se ha sumado a la propuesta sueca y ha anunciado planes para introducir un certificado digital con el que las personas puedan demostrar que tienen una vacuna contra el coronavirus actualizada. Los ciudadanos utilizarían el llamado Corona-Pass tanto para viajes de negocios como de placer. La aplicación estará disponible en tres o cuatro meses. A su vez India anunció pautas para la primera fase de vacunación para la friolera de alrededor de 300 millones de personas, requieren que los destinatarios elegibles se registren primero en una base de datos digital con documentos de identidad con fotografía. En este país, todos aquellos que hayan sido vacunados obtendrán un certificado digital basado en códigos QR.
Mientras tanto, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), el grupo de presión de las aerolíneas del mundo, dijo que lanzaría un pase de viaje de salud digital a principios del próximo año que incluirá los datos de vacunación COVID-19 de los pasajeros. Israel, por su parte, planea emitir un “pasaporte verde” a quienes hayan sido vacunados, permitiéndoles un fácil acceso a restaurantes y eventos culturales, y eximiéndolos de las reglas de cuarentena o de hacerse una prueba de virus antes de viajar. Sin embargo, aunque sin duda el futuro es digital, estas iniciativas no están exentas de polémica. Numerosos expertos advierten que la implementación de estos protocolos de manera descontrolada puede generar un impacto discriminatorio, ya que hoy en día no todas las personas tienen acceso a estos sistemas que puedan soportar esta tecnología y esto puede generar desigualdad.
No obstante, el problema no es la tecnología en sí. El principal desafío radica en la exigencia de realizar un esfuerzo global y coordinado para que el uso de certificados digitales en la identificación no solo no excluya a las personas, sino que también libere a la población de las limitaciones del COVID-19 de manera equitativa y eficiente. Las autoridades gubernamentales han dicho que se pueden usar otras identificaciones, pero el seguimiento de las inmunizaciones deberá ser a través de una base de datos digital. Para ello, la base de datos de vacunas debe cruzarse con otras bases de datos, todo ello con un cuidado extremo por datos tan sensibles como son los de la salud.
Además de brindar soluciones simples a las personas que no cuentan con los medios para acceder a estos sistemas de acreditación. El mundo se enfrenta al desafío de superar la pandemia Covid-19, y de la misma manera que gracias a la tecnología y la investigación, la creación de vacunas ha sido posible, con un esfuerzo coordinado para producirlas y distribuirlas a todas las personas. De igual forma ocurre con la acreditación e identificación de las personas vacunadas. Es un hecho que 2021 y ante la problemática de la COVID-19 no funcionan las soluciones en papel. Pero para que la solución digital sea equitativa y justa será necesario un esfuerzo coordinado de todas las personas.
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